sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 13


Abro los ojos, y lo primero que escucho es esa odiosa musiquita que tiene mi móvil como alarma.

Me quedo, por unos instantes mirando el techo de mi habitación.

Y así comienza mi rutina.

Me levanto, y voy a mi armario a ver que me puedo poner para ir al instituto.

Me quedo pasmada delante de mi armario ¿Que diablos podría ponerme, hoy? SI tuviese mi bufanda...

Mi bufanda, maldito sea Harry, y todo su ser.

Por su culpa, se me olvido la bufanda en aquella maldita azotea, y, cuando subí para recuperarla, va, y no la encuentro.

Seguro que se habrá ido volando, y la habré perdido de por vida, oh, mi bufanda, mi bufanda favorita.

Miro mi muñeca, en busca de algún especie de reloj, pero no hay nada.

Pongo los ojos en blanco.

Miro a mi espalda, y veo que son las 7 y media. Hum, llego tarde.


Some even fall to the earthWe've got a lot to learnGod knows we're worth itNo, I won't give up


Cojo un suéter cualquiera, unos leggins negros y mis preciadas Vans, y me visto.

Salgo del cuarto y voy a al aseo.

Intento girar el pomo de la puerta, pero esta cerrada desde dentro.

Volteo los ojos y llamo a la puerta.

-¡Que tengo prisa! -chillo.
-¡Un momento! -escucho la voz de mi hermana desde dentro.
-¡Cou, que tengo prisa, que llego tarde! -dijo pesadamente.

Se abre la puerta y se asoma la cabeza de mi hermana, que me mira mal.

-Uno, no me llames así, y dos, te jodes.

Y cierra la puerta.

¿Pero, esta chavala... Que fumara, para estar así?

Llamo de nuevo a la puerta, pero con mas fuerza.

-¡Cou, Cou, Cou, Cou, Cou!

Rió malvadamente, y mi hermana abre otra vez la puerta.

Doy unos pasos atrás, ya que su cara, da miedo.

Me tira un trozo de jabón de ese, que esta mas duro que una piedra, a la cabeza.

-¡Ah! ¡Que me matas! -me quejo.

Mi hermana siempre ha tenido mucha puntería, os habla la voz de la experiencia.

Miro mi reloj y veo que son menos cuarto.

Bien, Claire, bien.

A los 5 minutos, sale con una sonrisa triunfal.

Le intento tirar la pastilla de jabón, que vaya nombre, también, que le pusieron al dicho objeto. Pastilla, já. Pero mi hermana, lo esquiva, y se queda pegado en la pared.

Entro en el aseo, y me asusto al ver la cara que tengo.

-Vaya, me ve alguien así, y le amargo la existencia -murmuro.

Me lavo la cara, me cepillo los dientes y me hago una coleta alta.

-Ale, y voy que chuto.

Salgo de aseo, y mi hermana vuelve a entrar en el como si de un correcaminos se tratase.

¿Pero... Esta chiquilla... Que hará, tanto tiempo ahí metida? ¿Buscar un tesoro?

Voy al recibidor y cojo mi mochila, me la pongo al hombro y me miro en el enorme espejo que hay ahí.

El móvil.

Voy a mi cuarto, cojo el móvil, que están conectados a los cascos, y vuelvo al recibidor.

Las llaves.

Mierda, cabeza, piensa todo lo que se me olvida de un tirón, por que si no, no damos a basto ¿Eh?

Vuelvo a ir a mi cuarto y cojo las llaves. Vuelvo a ir al recibidor.

Mi collar.

Miro mi pasillo, con pereza.

Bah, con eso puedo sobrevivir un día.

Abro la puerta de la calle y salgo.

Voy al ascensor y en un momento estoy en la calle.

Mierda, una chaqueta.

Miro la puerta de mi finca.

Demasiada pereza, lo siento.

Pienso, por un momento, que no me hará falta, ya que Harry ha venido a buscarme, como todos los días.

Me doy con una mano en la cabeza.

¡Olvidate de ese recuerdo, estúpida mente!

Me alargo las mangas para tapar mis manos, y me pongo los cascos y activo la música de mi móvil mientras camino.

-Cause even the stars they burn

Susurro, a medida que escucho I Won't Give Up, de Jason Mraz.

Escucho unos pitidos de motos, y levanto la cabeza.

Derek y Alison pasan con la moto de Derek de largo, y me saludan.

Yo hago lo mismo, con una sonrisa.

Seguro que va a dejar a Alison a su instituto.

Me centro de nuevo, en la música, y ahora esta sonando Con las ganas, de Zahara.

Esta canción me la paso Bella, y, aunque este en español, se mas o menos lo que dice.

A los 10 minutos llego al instituto, que no es que viva a la otra punta, pero mis pasos a estas horas de la mañana son como los de un pájaro.
No hay nadie en las clases, genial, toma bronca.

Entro en mi clase, con cara de cachorrito abandonado.

-¡Señorita Davis! ¿Que son estas horas de llegar a clase?
-Jo, profe..
-¡Ni jo, ni já! ¿Sabe que hora es?
-Yo es que soy de letras...

Toda la clase se ríe, y el me mira con humo saliendo por las orejas.

-¡Castigada a la sala de convivencia!
-¡Pero...!
-¡Castigada ahora mismo!

Bufo y salgo de clase pegando un portazo.

El profesor abre la puerta y me mira con los ojos inyectados en sangre.

-¿Que, ahora que? -pregunto sin desgana.
-¡Y un respeto a tus profesores!
-¡Pero...!

Y cierra la puerta.

Le doy una patada a la pared, y me hago daño.

Me cojo el pie, dando saltitos con una sola pierna.

-¡Genial! -digo con rabia.

Voy a la sala de convivencia y la profesora que esta de guardia, me mira negando con la cabeza.

-No tienes remedio, Claire. -me dice negando, con esa forma tan suya.

Me siento en una silla y dejo la mochila a mi lado de mala manera.

-Si, ya lo sé.
-Todos los días igual.
-¡No! Ayer no.
-Ayer fue Domingo.

Pongo los ojos en blanco.

-Tu antes molabas, profe.

Ella me mira pesadamente.

Sarah, la profesora de guardia, siempre había sido la típica profesora cuarentona que hace gracia y le cae bien a todos los alumnos.

Eso muy enrollada, ella.

-Sigo molando. -dice, ofendida.

Rio por lo vagínis y veo como se habré la puerta de la sala.

Derek, como no, mi fiel compañero.

Se rie, de verme a mi, y se sienta enfrente miá.

-Hey Sarah ¿Haciendo guardia? -le saluda a la profesora.
-Habrá que ganarse el pan de alguna manera. -dice ella.
-Como Peeta. -digo, en un momento de lucidez.
-¿Quien? -preguntan los dos.
-Nadie, nadie.

Sarah vuelve su vista a la revista de deportistas. No es que sea una amante del deporte, pero, ya me explico una vez, que es por los deportistas, que son alegres a la vista.

Sarah, y sus cosas.

-¿No sera uno de tus amigos raros, no? -me pregunta Derek, en voz baja
-No, vamos, ojalá, aquí iba a estar yo, sabes...

Se ríe, y yo le sonrió.

-Esta mañana, si no hubiese llevado a Alison al insti, te hubiese llevado a ti.
-Anda ¿Y que soy yo? ¿Su sustituta?
-No, mujer, mi amiga, mas que otra cosa.
-Ah, ya creí, que por un momento te me estabas declarando de alguna manera rara, de estas de hoy en día.

Los dos reímos, y Sarah nos manda callar.

Hablamos durante un rato de el papel maché, y suena la alarma.

Voy a mi respectiva clase, y me siento al lado de Marta.

-Anda, que que entrada, la tuya. -me dice, riendo.
-Ya, ya lo sé, hubiese sido mejor si me hubiese dejado entrar.

Me quedo embobada durante toda la clase de Latín, y luego durante la de Sociología.

Mi lápiz parece mas entretenido, todo hay que decirlo.

Suena la alarma del recreo, y salgo como loca a por Lively.

-¡Lively, hay, por fin te encuentro! -digo con tono de desesperación.

Se me queda mirando con cara rara.

-Pero... Si tu clase esta al lado mio...
-Si, pero no veas para esquivar toda esa gente.
-Pero si...
-¡Lively, vamos a la cafetería, que muero por darle bocado a una ensaimada!
-Bueno, vamos, no sea cosa que sufra alguna alma inocente un mordisco.

Vamos a la cafetería, y voy a la barra a por una ensaimada.

-¡Hola, Carl! -digo, animadamente.
-Hola Claire ¿Y esta alegría a buena mañana?
-Es que, como tu eres el dueño de esto, y de la comida, pues habrá que ser simpática, haber si cae algún descuento.

Carl ríe y me da una ensaimada.

-Lo de siempre, como siempre. -me dice.
-Ahí le has dado.

Le doy el dinero y vuelvo a la mesa, donde esta Lively devorando su bocata de forma agresiva.

-¡Lively, luego me dices a mi, sabes! Tranquila, que no se irá a otra boca.
-Me da igual. -intenta decir, tirándome migas a la cara.
-Bag, bag, mi cara...

Nos quedamos hablando de los frikis de las demás clases, y lo mal que visten, hasta que suena otra vez la alarma y nos vamos de nuevo a nuestras clases.

-Lively, te echare de menos. -le digo, lloriqueando.
-Pero, Claire, si serán solo dos horas.
-Ale, ya has matado la magia.

Y me voy a mi clase resignandome, y dejando a Lively ahí, con cara de incomprensión total.

Me siento en mi sitio, y Marta y yo hablamos sobre el las gomas de borrar, y sus utilidades.

La conversación no nos dura mucho tiempo, ya que solo tiene una sola utilidad, borrar.

Y me vuelvo a embobar.

Y así, pasan las demás horas siguientes.

Voy a por Lively, como siempre, y salimos de clase.

-¿Tu, quedas esta tarde? -me dice.
-¿Yo? -digo, volviendo a la realidad.
-Claro ¿Quien si no? -pregunta, con una ceja levantada.
-¿Arnold?
-¿Me llamabais? -dice, Arnold, materializándose de la nada.
-Piérdete. -le digo, de mala manera.

El me mira mal, y se va.

-¿Quien se cree, el niño ese...?
-Claire, tía, a veces tan simpática, y otras, arruinas el día a la gente.
-Bah, voy a ir al infierno de todas formas.

Lively pone los ojos en blanco.

-Bueno ¿Quedas? -pregunta.
-No sé, Liv, no apetece...
-¡Vaaaaaaaaaaaa! ¡Claire, no quieres hacer nada, eres una vaga!
-Doy fe.
-¡Claire!
-¿Que?
-¡Que quedes!
-¡Ah! Bueno, bueno, si me lo pides así ¿Como deciros que no?
-¿Deciros, por que hablas en plural?
-A ti y a la vena que se te hincha cuando chillas.

Y le salieron llamas por los ojos.

Yo eche a correr, por la calle, con los brazos en alto.

A los segundos me canse, y me gire hacía atrás.

Lively se había ido, desentendiéndose por completo de mi, su amiga loca, que corre por la calle con los brazos en alto.

Normal, yo también lo haría, si pudiese.

Llegue a casa, y me encontré en una absoluta soledad.

Oh, soledad, bendita soledad.

Deje mi mochila tirada en el recibidor, y fui a mi cuarto saltando y bailando, celebrando mi soledad.

Deje mi móvil y las llaves en la mesita, y cogí mi portátil.

Volví al salón, bailando lo que era algo parecido al ballet, y me tire en el sofá.

Abrí el portátil, y directamente el twitter.

``@ClaireDavis ¿Que tal esta semana? Siento no haberte contestado antes :) xxx.´´

Ah, que chico este, siempre igual.

``@zaynmalik Nah, no te preocupes, yo bien ¿Y tu? ¿Que tal, estresado? Haha xxx¨¨

Entonces, abrí mas tweets.

``@ClaireDavis aquí nadie tiene tu sentido del sarcasmo D:´´

Conteste.

``@Louis_Tomlinson ¿No? Pues vaya, te se hará larga la gira, haha, aquí nadie persigue palomas, el otro día lo hice, y me miraron mal. Dales recuerdos a todos, xxx´´

Mire el perfil de Niall, y vi, una conversación con Bella.

Hum, por lo que me había contado Bella, Niall no le había dicho mas de quedar, y había estado raro con ella.

Tendría que preguntarle al irlandés, de alguna forma sutil, haber que descubría.

``@BellaBanx ¿Que tal todo por ahí (:´´
``@NiallOfficial Bien, aunque se os echa de menos ¿Y tu? (:´´

Esta chica, y sus indirectas.

``@BelindaBanx aquí igual, aunque con tanto jaleo, casi ni tenemos tiempo de pensar, haha xx´´
``@NiallOfficial os tienen explotados, haha xx´´

Puse los ojos en blanco.

Pedazo conversación, si si, hay que ver.

Opte, por mi bien, no mirar el twitter de Harry.

Tenía muchísimos tweets mas, pero casi todos eran de directioners que me preguntaban por ellos, o por Harry.

No me gustaba contestarlos, ya que yo no tenía el por que.

Me conecte a facebook, y Ali me dijo de quedar.

A las 5 y media en casa de Bella.

Oug, que pereza.

Mi hermana hizo su aparición a las 3 y media, irrumpiendo mi feliz soledad.

-¡Claire, tengo hambre!
-Bueno... ¿Y yo que quieres que te diga? Ves a la cocina, y comes algo.
-¡Quiero que me lo hagas tu!
-Pues vas lista.

Y me metí en mi habitación.

No tenía hambre, así que ni comí, ni hice la comida.

Últimamente no comía mucho, y había bajado de peso, pero es que me veía incapaz de comer algo, no tenía hambre en absoluto, si comía, eran en el instituto, pero el resto del día, mi hambre desaparecía por completo.

Se hicieron las 5 y cuarto, y yo ya llevaba un poco de retraso, como siempre.

-Oh, Cou ¿Que me pongo?

Y un mando aterrizo en mi cabeza.

-Ya no me hace daño, que lo sepas.
-Yo lo sigo intentando.
-Que maja eres.
-Si eso ya lo sé.
-Recuerdo aquel día, en el que tu me maquillabas y eramos hermanas felices, ouf, pareció la semana pasada.
-Claire, es que fue la semana pasada.
-¿A si? Que despacio pasa el tiempo.

Mi hermana puso los ojos en blanco y enchufo la televisión.

Opte por la misma ropa de esta mañana.

Mi móvil sonó al ritmo de Kings ans Queens.

Lo descolge.

-¿Seh?
-¡Claire! ¿Donde estas?

Ui, mierda, Lively.

-Emmmm, por la calle ¿Por?
-Vamos, que estas llegando ¿No?
-Si, si..
-Estas aun en casa ¿No?
-Puede...
-¡Claire! Son las 6 casi.
-Hay, lo siento, ya voy, ya.
-¡Ven ya hostia! Que tenemos una sorpresa.
-¿Una sorpresa? Ala, ya no voy.
-¿Pero...? ¿Tu eres tonta?
-¡Lively, no me gustan las sorpresas!
-¡Que vengas ya, si no quieres que unda la vida!

Esa es mi amiga, amenazando como quien nadie sabe.

-Jo, ya voy, ya...
-¡Ven!

Y colgó.

Suspire, y fui al recibidor.

Mierda, las llaves.

Y volvi a mi cuarto, a por las llaves.

Y volví al recibidor.

-¡Me voy! -chille abriendo la puerta.
-¿Y me molestas para decirme eso?
-Seh.

Y me fui.

A los 5 minutos llegue a casa de Bella.

Lively y Alice, me succionaron hasta el salón, literalmente.

-¡Ah! Socorro, socorro, so.. ¿Zayn?

¡Ahí estaba Zayn! Bueno, en realidad estaba dentro de la pantalla del ordenador, bueno, en realidad no estaba ``dentro´´.

Estaban haciendo una twitcam.

-¡Ah! ¡Claire! ¡Chicos, Claire ya ha llegado! -chillo, dentro de su habitación.

Yo, que permanecía aun en el suelo, mirando la pantalla de la tele (que habían conectado a la torre del ordenador) impresionada.

-Pero pero pero... -dije, aun en el suelo.

Lively y Bella me ayudaron a levantarme, mientras los chicos se reunían.

-¡Ah, Claire, Claire, hola! -chillo Louis, detrás de aquella enorme pantalla.

Bella tiene una televisión grande, muy grande, tienes que ladear la cabeza para ir de punta de la pantalla a otra punta.

Bella siempre ha tenido mucho dinero, solo hay que ver su casa.

O mansión, llamalo como quieras.

-¡Hola Louis! -le salude, moviendo la mano.

Este sonrió.

Y entonces entro Harry, y se sentó en la cama, al lado de Louis, y sonrió.

Vaya que sonrisa.

Por un momento caí, basta de los recuerdos y la nostalgia, pero no iba a dejar de ser fuerte, no tan cerca del olvido.

Cuando todos nos saludamos, de una forma que a mi me pareció exagerada.

Y no lo digo por que Niall se pusiera a llorar, no, que va.

-¡Ay, chicas! Nos han pasado una de cosas..
-¡Pues contar contar!

Y nos contaron todo lo que les había pasado a primera semana de su gira.

-¿Y... Os atacaron?
-¡Estaban locas!
-¡Si, lo estaban, casi le arrancan la camiseta a Liam!
-¡Si, casi, por un botón!
-¡Liam, que te comen!
-Sabre bien...
-Mmmm...
-¡Niall!

Todos reímos.

-Y también, salimos de fiesta, un día, ya que un patrocinador, o no se que historias, nos invito.
-Louis ¿Que dices? Ese fue Paul...
-¿Que? ¿Y quien era ese tipo tan raro, que nos invitaba a cervezas?
-¡Louis, que te querían envenenar!
-¿Pero...? ¡Si ese era yo! -dijo Harry.
-¿Si?
-¡Claro!
-Madre mía, todo lo que tuviste que beber, Louis. -dije riendo entre dientes.

Louis, confuso, se froto la cabeza.

-Pues no me suena, de verdad...

Continuamos hablando, sobre sus ensayos, y la manía que había cogido Zayn de chocarse con los espejos.

Cuando el los ama.

-Me han cogido manía, esta claro.
-Si, Zayn, es que te tienen muy visto.

Puso cara de espanto.

-¡Bueno, bueno! Dejemos de hablar de nosotros.
-¿Que? ¿Por que?
-Por que es hora de que nos contéis que habéis hecho vosotras.
-¿Nosotras? Pero si nosotras no tenemos nada que contar.
-¿Como no vais a tener nada que contar?
-¡Algo habréis hecho!

Las cuatro nos miramos.

-Pues, no se...
-Bueno, a mi lo mas interesante que me ha ocurrido, es encontrar una moneda en el autobús. -dijo Lively.
-¿A si? ¿Y que paso mas?
-Que la perdí.

Pusimos los ojos en blanco.

-Si, tampoco es que asombre, que Lively pierda algo.

Y un cojín fue a parar a mi cabeza.

-¡Ah! Últimamente todo el mundo utiliza mi cabeza como proyectil, ¿Que le veis?
-Pinta de diana.

Le toco el turno a Bella.

-Me miráis como si tuviese el secreto de la vida.
-Parecido, si.
-Pues, a mi, no me ha pasado nada, de verdad.
-¿A, si? ¿No has vivido durante esta semana?
-He ido al instituto, si tu a eso, Zayn, lo consideras vivir, pues allá tu.
-¿Y este fin de semana?
-A Claire le dio pereza salir, y nos quedamos en la casita de Bella, a dormir.
-¿Si? ¿Y que hicisteis?
-¿Pues no te lo estamos diciendo? Dormir.
-¡Ah! Si, contamos historias de miedo. -salte yo.
-¡Ah, contemos una, contemos una!
-¡No, Louis, te le entra miedo a Ali!
-¿Y a mi por que? -dijo la acusada.
-Por que se te veía en la mirada, Ali, que se te nota.
-¡Mentira, mentira!
-Jo que no...
-¡Bueno! Yo empiezo.
-Que entusiasmo, Lively.

Apagamos las luces de nuestras habitaciones, quedando solamente con una luz en medio de la sala, como los chicos.

Era como si estuviesen aquí, con nosotras, haciendo el tonto y contando una historia de miedo.

Era tan nostálgico.

Incluso, a mi pesar, me incomodaba Harry.

Harry, Harry, Harry.

Era como escuchar su nombre, continuamente en mi cabeza.

Me ponía de mal humor. ¿Que me pasa?

Por una razón que no llegaba a comprender, tenia la necesidad de mirar a Harry.

Pero el, ni me miraba.

Claro, ya se habría olvidado de mi.

¿Como no hacerlo? Lo nuestro solo fue una diversión tonta.

Y yo, como una tonta, incapaz de sacarlo de mi cabeza.

Maldito fuese, claro que si.

En esta semana había pensado mucho en ello, claro. No podía estar enfadada con el toda mi vida. No es que no pudiese, por que claro que podía, lo que no me sentía capaz de ello.

Quizás, pudiésemos conservar una amistad, si, algún tipo de amistad.

Aunque, al paso que voy, me quedaría por las esquinas asimilando que ahora era una triste amiga mas.

Y amigas, el, tenía muchas. Entonces yo sería una mas del montón, como siempre había sido, claro.

Pero aquella pelea de el Pub. No me lo podía creer.

¿A si era Harry, en realidad?

Un engreído.

No me podía quitar aquella estúpida sonrisa que puso, esa sonrisa que mostraba parte de sus dientes.

Todo ego, el pareció todo ego.
Mi cara puso una mueca de desagrado, al recordar esa sonrisa que me reconcomía por dentro, y desencadenaba un odio terrible.

-Y entonces, la chica entro en el ascensor, y encontró el espejo, con muchas huellas, y...
-Pero, Lively ¿Esa no es la escena de Reflejos en la que...?
-¡Liam! ¿Lo cuentas tu o yo?
-Bueno bueno...

Y Lively seguía hablando, y contando aquella historia.

Entonces, Lively acabo de contar la historia, y todos saltaron, asustados.

¿Que me había perdido?

Alice corrió a encender la luz, y pudimos ver a una pobre chica temblando.

-Mira, la que no tenía miedo.

Al poco, nos despedimos todos, con llantos y lloriqueos.

-¡Os echaremos de menos, chicos!
-¡Y nosotros!
-¡Haber si es verdad!
-¡Y cuidado con las fans, que piden vuestras cabezas!
-Para eso tenemos guardaespaldas, Claire.
-Bueno, nunca se sabe.

Y cerramos el twitcam.

Se formo un vació en nuestros corazones, os lo digo yo.

Un vacío que solo el hablar con nuestros amigos, llenaban.

Quizás fuese hambre, aun no lo sabíamos seguro.

-Bueno chicas, ya que la sorpresa a terminado, yo vuelvo a mi casa.
-Claire, eres una aburrida.
-Llamalo como quieras, pero yo me las piro.

Y me fui de casa de Bella.

El frío se caló en mis huesos.

Yo, sabía de sobre, que aquel vacío no era solo por los chicos, tal vez por uno en concreto, si.

Había estado taaaaaan bien esta semana, sin pensar, solo viviendo el día a día.

Pero, ver a Harry, y al que no me mirase, si quiera, y actuase como si nada, había sido peor que una patada en el estomago.

Me ponía de tan mal humor, ese chaval.

Seguro que ahora estaría con esa sonrisa triunfal, pensando en que yo seguía pensando en el.

Seguro que ya habría tenido mas de una conquista, seguro.

Bag, que mal me ponía.

Con tanto pensamiento, llegue a mi casa.

-¡Anda, si yo tenía otra hija!
-Si mama, sigo existiendo, gracias por darle tanta importancia.
-¿Pero a ti que te pasa?
-¿A mi? Nada ¿Que me puede pasar a mi? Nada.
-¿Nada seguro?
-¡Que si joder!

Y fui a mi cuarto, cerrando con un portazo.

Me tumbe en mi cama, evitando pensar en otra cosa que fuese la pared.

Al poco entro mi hermana, y se puso a rebuscar entre las fotos que habían en mi pared.

Levante una ceja.

-Se pide permiso antes de entrar, por educación, y esas cosas...
-¿Educación como la que tu has tenido antes?
-Tu no sabes nada, así que no hables.

Cogió un par de fotos, y las miro.

-¿Que miras? Quieres dejarlas, que si están ahí es por algo.
-Si, eso parece.

Y me las tiro a mi lado.

Las cogí y las mire.

Las fotos de Harry y miás.

Oh, cuantos recuerdos.

Nos las hicimos el primer día que vino a por mi, para ir a clase.

``-Es alucinante
-Si, bueno, me gusta recordar los mejores momentos de mi vida, y bueno ¿Que mejor manera que con una foto?
-Ninguna -dijo, y se giro mirándome triste.
-¿Que?
-¿Mejores momentos?
-Aha
-¿Y no hay ninguna foto mía hay colgada? ´´

Desde entonces, seguían aquellas fotos ahí colgadas. Hasta ahora.

-El, es ese ``nada´´ ¿No?
-Y tu que sabrás, no lo entiendes.
-¿Por que no iba a entenderlo? ¿Eh? ¿Por que siguen ahí, si habéis cortado ya?
-No hace falta que actúes como mi consciencia ¿Vale? Tengo una propia.
-Entonces, te diré lo que aun no quieres aceptar.
-¿Y tu que sabes, acaso estas en mi mente?
-No, pero se perfectamente, que le quieres.
-Yo nunca hable de quererle.
-Por que eres una cobarde.

Me levante y me puse enfrente de ella, echando chispas por los ojos.

-¡Y tu que sabes! ¿¡Eh!? ¡No sabes lo que siento, ni lo que pienso!
-¡Que he vivido 16 de mis años a tu lado, que te conozco!
-¡Tu que vas a conocerme!
-¡Pues mejor que tu, ya que estas perdida!
-¡Largo, largo de mi habitación!
-¡No quiero!
-¡Que te vayas, que no te quiero aquí, largo, fuera, vete, vete con tus teorías a otra parte!
-¡No!

Sentí la mayor impotencia del mundo.

-¡Que largo! ¡Eres la peor hermana del mundo! ¡Fuera, vete, vete a otro sitio, lejos de mi!
-¡No!
-¡Estúpida, fuera de aquí, aquí no te quiero, largo, vete, vete a otra parte, a otro país, largo de mi vista!

Y, con cara de indignación, se fue.

Y con toda la impotencia del mundo, por aquellas palabras, me tumbe en mi cama, a llorar en mi almohada.

¡Estúpida, estúpida! No podía tener peor hermana.

Ahogue un grito y le pegue un puñetazo al colchón.

¡El, el tenía la culpa de todo!

Cogí las fotos, y las rompí, en mil pedazos.

¡El tenía la culpa! Por culpa de el, yo estaba así, por culpa de el, había discutido con mi hermana.

¡Estúpido, cabrón, imbécil! Como le odio, ojala nunca le hubiese conocido, nunca me hubiese gustado, ni hubiese pasado todo esto.

¡Maldigo el día en el que casi atropella a Pinki!

¡Claro! Aquel estúpido chucho, el tenia la culpa... Si no se hubiese escapado, todo esto no sucedería.

Y, entre llanto y insulto, me dormí.

Cuando sonó el despertador, me levante sin gana alguna.

No tenía fuerzas, no podía.

Todas mis ganas y fuerzas de empezar un nuevo día, quedaron como aquellas fotos, rotas.

Mi madre, al ver la hora que era, entro en mi habitación.

-Pero bueno, niña ¿Tu has visto la hora que es?
-No, mama, no tengo fuerzas.
-¿Como, que no tienes fuerzas? ¿Que excusa es esa, para no ir a clase?
-¡Pues una muy mala! -chillo mi hermana desde su cuarto.

Pum. Mi cabeza.

Puse cara de angustia.

Mi madre, se acerco a mi, extrañada, y puso su mano en mi frente.

-Pues tienes unos grados, si.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas.

Oh, mundo, para, por favor.

-Quedate hoy aquí, y mañana veremos.
-¿No voy al insti?
-No, no vas ¡Y mas te vale, que esta no sea una de esas trampas de los adolescentes, para no ir a clase...!
-Que no, mama, pero no chilles, por favor, que me explota la cabeza.
-Oh, bueno, ya me voy, ya.

Y se fue.

Cerro la puerta de mi habitación.

¿Y por que me encontraba yo, ahora así? ¿Esto era una especie de complot que había organizado el mundo, contra mi? ¿O que?

Solo el pensar, me producía dolores de cabeza y mareos.

Mis pies se habían dormido, quedando aun con menos fuerzas.

Mi habitación, quedo cubierta por un tono grisáceo, del cielo, y el sonido de las gotas de lluvia contra el cristal de la ventana producían un sonido que me encantaba.

Me volví a dormir.

El sonido de la voz de mi madre me despertó.

-¿Hum? -dije, medio dormida aun.
-Claire, quiero ponerte el ter momento.
-Vale..

Me incorpore, con su ayuda y en puso el termométrico en la axila.

¿Como podía tener tan poca fuerza? Me sentía tal débil.

El termómetro pito, y el dolor de cabeza volvió a mi.

Mi madre lo cogió, y lo miro.

Su cara cambio, y se puso seria.

-Claire, vamos al hospital.
-Mama, que dices...
-Que si, que vamos al hospital, ya.

La mire extrañada, y ella me miro apurada.

-Venga, vamos.
-Pero ¿Por que?
-Tienes 39 de fiebre, normal no puede ser ¿Tu como te sientes?
-Muy débil...

Comprendí, que normal, como ella decía, no era.

Me vestí como pude, y fuimos en coche al hospital.

Allí, me hicieron un análisis, y, en cuanto tuvieron las pruebas, me ingresaron.

-Tiene Anemia.

Fue lo último que logre escuchar, después de dormirme de nuevo, por culpa de un cansancio, que no podía ser bueno.