Louis soltó a Harry, pero este se quedo aun tendido en el suelo, pensando en lo que acababa de decir.
¿Era cierto? ¿No sabía lo que sentía por Claire? Si lo sabía, pero no lo quería aceptar, no quería llevarse malas noticias, o una decepción. Prefería que quedase todo en pensamientos.
Louis se levanto y le tendió su mano a Harry, el cual aceptó, y se levanto.
-Pues si no lo sabes tu...
-3 meses después, en un pueblo perdido de Florencia-
-¡Claire, no encuentro mi falda! -chillo Lively desde la última planta.
Claire, que se encontraba comiendo unos cereales en la primera planta de su enorme casa de pueblo, miro extrañada a la nada.
¿Para que querrá esta chica una falda? Se pregunto.
-¡Y yo que sabre! -chilla después de tragar sus deliciosos cereales.
Se escucharon varios portazos y luego como la rubia bajaba las escaleras a toda prisa. Pocos segundos después, estaba en la cocina con el corazón casi fuera.
Claire la miro impresionada por la velocidad, casi nunca ve a su amiga correr, por no decir nunca.
-¡Como no puedes estar nerviosa! -chilla Lively, sentándose a su lado y haciendo que la mesa se moviese, tirando un poco de leche de su tazón.
Desde luego, no podía estar mas nerviosa. ¡Pero que menos! No podía ni estarse quieta, después de tres largos meses, iban a ver a los chicos, y encima, quedarse una semana en Italia, al lado de Claire y Lively. Lo que no comprendía la rubia, era como que Claire no podía desencajarse de la emoción, parecía incluso desagradada por la visita.
-No se, quizás no tengo sentimientos... -dice, ya sin poder disfrutar de sus cereales, por el nudo que se le había formado en el estómago.
-Pues desde luego no me extrañaría...
-Pues desde luego no me extrañaría...
Lively se lleva una buena mirada.
A Claire no es que le desagradase la idea de que sus amigos se quedasen en Italia durante una semana, y que fuesen a su casa a visitarla, pero, tampoco le convencía. No era este el plan que tenía de su verano, estaba siendo un autentico fraude.
¡Esperaba tantas cosas de este verano! Y ahora resultaba que estaba saliendo todo al revés.
Su pueblo siempre había sido un gran lugar para ella, donde estaban sus amigos y sus raíces, le encantaba ese pueblo, pero este año, todos los jóvenes habían decidido irse a la ciudad, a trabajar, y mientras, ella, se quedaba sola, con todos esos viejales. Pero aun teniendo a Lively, que lo único que hacía últimamente era hablar de la visita de los chicos, ir saltando por ahí, y quejarse de los vichejos que se encontraba en las esquinas, resultaba exasperante. También había visto este verano como unos meses sabáticos para olvidarse de su desafortunado desamor con Harry, y poder echarlo de su mente, pero si el venia, no podía ser posible. Y encima, su hermana, la odiosa, había decidido a última hora venir también, haciéndole mas imposible la calma que tanto buscaba Claire.
Aunque Lively estaba mas que encantada con la compañía de Coutney, siempre se llevaron extremadamente bien, pero Claire estaba convencida que todo era un malvado plan de su hermana para quitarle a su mejor amiga.
-¿Cuando dijo tu madre que venían?
-Por la noche, Liv, te lo he dicho mil veces, aun están entrando en el país. -dice con un tono pesado.
-Por la noche, Liv, te lo he dicho mil veces, aun están entrando en el país. -dice con un tono pesado.
A la rubia se le estaban haciendo las horas mas largas de lo normal.
-¡Que ganas!
-Ya, ya lo se.
-Ya, ya lo se.
La voz aguda que ponía Lively cuando chillaba nunca le habían parecido una molestia a Claire, pero ahora, le resultaba molesta.
Estaba empezando a cogerle manía a su amiga.
-¡Anda, si estas aquí! Te estaba buscando. -dice Coutney, apareciendo por la puerta de la cocina.
Claire se levanto para dejar el tazón de cereales en la encimera, sin mirar a su hermana.
-¿Vamos a dar una vuelta? -pregunta de nuevo, su hermana.
Claire sabia perfectamente, que no se lo decía a ella.
-¡Claro! Vamos, antes de que me de algo, me muero de los nervios. -dice Lively.
-¿Ya estas igual?
-¡Si!
-¿Ya estas igual?
-¡Si!
En una cosa si que coincidían las dos hermanas, en que no estaban convencidas de querer tener a 5 adolescentes por este pueblo.
Coutney no le gustaban las visitas, y menos de desconocidos. Ella no decía nada, lo que era raro, ya que de todo se quejaba, pero no quería darle mas importancia al asunto de lo que tenía. Total, solo iba a ser una semana.
A Claire solo con oír la voz de su hermana le producía un dolor de cabeza que no soportaba.
-Claire ¿Quieres venir? -le pregunta su amiga.
-¿Eh? No no, dejate, yo me quedo aquí, al fresco.
-Como quieras, luego nos vemos.
-¿Eh? No no, dejate, yo me quedo aquí, al fresco.
-Como quieras, luego nos vemos.
Su hermana no se molesto en dirigirle ni una mirada.
Se fueron y dejaron a Claire sola en la casa. Como ansiaba un poco de paz.
Subió a su cuarto de arriba, y se sentó enfrente de el ventilador. Hacia un calor increíble. No estaba acostumbrada a estas altas temperaturas, y no era agradable.
Se tumba en la cama boca-arriba mientras el ventilador le da en la cara moviendole el pelo hacia la derecha.
A ella no es que no le guste que los chicos estén aquí, no, para nada, de eso esta convencida. Lo que no le gusta es que venga Harry. No quiere silencios incómodos, ni saludos iguales, si quiera sabe como le va a saludar, y mira que es una tontería. Le incomoda su presencia.
¡Que calor! A este paso se me derretirá el cerebro, aunque, a lo mejor, así dejo de pensar en estupideces. Piensa.
-En ese mismo momento, en otro lado del pueblo-
Courtney y Lively se ríen de una cabra que acababan de ver, que se estaba comiendo un par de calcetines, mientras un anciano le estaba cantando. Llevaban media hora así, y aun no habían sido capaces ni de abrir los ojos. Les estaba empezando a hacer daño la boca de tanto jiji jaja.
Al poco rato pudieron ponerse serias y continuaron su paseo. Pero Lively no pudo evitar hablar de los chicos.
-¡Tengo tantas ganas de verles!
-¡Ya lo se! No haces otra cosa que repetirlo, es lo primero que dices al despertarte y lo último al acostarte. -ríe Courtney.
-¡Ya lo se! No haces otra cosa que repetirlo, es lo primero que dices al despertarte y lo último al acostarte. -ríe Courtney.
Lively siempre se ha extrañado de que no fuese así de simpática con su hermana. Con ella es un autentico cielo.
-¿Por que eres así con Claire?
-¿Como así?
-Pues así de arisca.
-Por que ya son muchos años junto a ella.
-Y junto a mi.
-Pero tu me caes bien.
-¿Y por que ella no?
-¿Como así?
-Pues así de arisca.
-Por que ya son muchos años junto a ella.
-Y junto a mi.
-Pero tu me caes bien.
-¿Y por que ella no?
Courtney nunca lo había pensado de ese modo. No es que su hermana le cayese mal, en realidad, junto a ella ha pasado algunos de los mejores momentos de vida, ha estado junto a ella desde que tenía uso de razón, y claro, es su hermana. Pero, después de tanto tiempo, tanto picarse, y tanta tontería, se irrita muy fácilmente.
-No me cae mal...
-Pues lo parece.
-Es mi hermana, solo lo hago para picarla.
-Pues vaya maneras.
-Ya. -dice, riéndose.
-Pues lo parece.
-Es mi hermana, solo lo hago para picarla.
-Pues vaya maneras.
-Ya. -dice, riéndose.
-Esa misma mañana, en algun lugar entre la Toscana y Florencia-
-¡Ah, que me comen! -chillo Niall, intentando salir de ese mar de fans que le arrancaban a tiras su suéter.
-¡Yo te ayudo Niall! -chillo Liam.
-¡Yo te ayudo Niall! -chillo Liam.
Liam echo a correr hacia Niall, pero a mitad camino, Zayn le cogió de el cuello de la camiseta.
-¡Si vas te cogerán a ti también!
-Pero bueno... Que tenemos ¿Fans, o pirañas?
-Estan loquitas por mis huesos.
-Entonces echemos a Harry a las pirañas.
-¿¡Que!? ¡No!
-¡Paul ayuda a Niall!
-Pero bueno... Que tenemos ¿Fans, o pirañas?
-Estan loquitas por mis huesos.
-Entonces echemos a Harry a las pirañas.
-¿¡Que!? ¡No!
-¡Paul ayuda a Niall!
Paul, que estaba leyendo el periódico tranquilamente en una silla, levanto la vista.
-¿Yo por que?
-Por que te pagamos.
-Pues no me pagáis suficiente...
-Por que te pagamos.
-Pues no me pagáis suficiente...
A muy su pesar, se levanto y ayudo a Niall a salir de aquel masacre. El pobre no le quedaba rastro de ningún suéter, y casi, que ni pantalones.
-Un poco mas y no sobrevivo...
-Si no llega a ser por mi...
-¡Una leche!
-Si no llega a ser por mi...
-¡Una leche!
Niall se llevo una colleja de Liam. El rubio le miro extrañado.
-Ay, lo siento, creí que ibas a decir alguna palabrota.
-Liam, en serio, cada vez te pareces mas a mi abuelo.
-¡Cuidadito con lo que dices, muchacho!
-Liam, en serio, cada vez te pareces mas a mi abuelo.
-¡Cuidadito con lo que dices, muchacho!
Los chicos salieron de la firma de discos y fueron hacia la zona privada, donde estaba el autobús de la gira.
-Que cansancio de día, quiero acostarme ya -dijo Zayn.
-Marmota...
-Marmota...
Harry se llevo un pellizco en el brazo por ese comentario.
-Pues yo tengo ganas de llegar al pueblo de Claire. -comento Niall con ilusión.
-Si, que ganas.
-Si, que ganas.
Todos tenían unas ganas tremendas de ver a sus dos amigas, menos uno de ellos. Harry.
Era una sensación rara: no quería ver a Claire, pero a la misma vez si. Quería verla, saber como estaba, ver una sonrisa suya, el sonido de su voz, el sonido de su risa. Quería tenerla cerca, para poder relajarse, y dejar de pensar en que diablos estaría haciendo en este momento, pero a la misma vez no quería estar a su lado; no quería esa sensación de no saber como actuar delante de ella, de incomodidad, de nostalgia.
-Claire-
Me aburro, me aburro mucho. Tengo un nudo en el estómago que me provoca malestar y no aguanto, quiero explotar. Estoy nerviosa, muy nerviosa. Necesito hacer algo.
Por un momento se me pasa por la cabeza hacer ejercicio, pero me río de mi misma en voz alta y niego con la cabeza.
Que ideas mas tontas tengo a veces.
Pienso en aquella vez que Harry y yo nos perseguimos por la azotea durante media hora y acabamos casi sin respiración, pero aun así, cuando me atrapo, nos besamos.
Esta claro que por mucho empeño que yo le tenga al intentar echarle de mi cabeza, es imposible conseguirlo.
Me siento mas estúpida aun que antes.
Me quedo por unos segundos mirando el techo hasta que me entra una arcada por los nervios. Me levanto, apago el ventilador, por que si no, luego me echan la bronca. Salgo de la habitación y bajo las interminables escaleras hasta llegar a la calle.
Aquí hace calor.
Piensa Claire, piensa.
La piscina.
Echo a correr ya que es lo que me apetece y voy hacia la parte trasera de la casa, donde hay una piscina bastante grande. Me quito la ropa y la dejo en una tumbona que hay, al lado hay una radio, la enciendo y suena la canción de We are Young, de Fun. Me gusta mucho. Voy hacía la piscina y me veo reflejada, me siento aun mas estúpida. Me he hecho daño el los pies por las piedras que hay ya que voy descalza, y me he hecho un poco de sangre.
Pongo mala cara al verle la planta del pie y me siento, mojándome solo los pies. Siento alivio y miro al cielo.
En un momento se ha puesto nublado, pero sigue haciendo el mismo calor. Me siento mal y el nudo en el estómago aumenta. No quiero ver a Harry. Bueno, si. No se.
Por un momento me entran ganas de llorar, me encojo y miro mi reflejo en el agua. Ahora suena Blow me, de Pink. Se me pasan por la cabeza todos los momentos que viví con Harry y se me empañan los ojos. Me caracterizo con una estupidez inhumana.
Pienso en que seguramente el en estos tres meses haya hecho de todo menos portarse como un chico bueno, y mi nudo en el estómago aumenta. Otra arcada.
Escucho unos chillidos, me giro y veo a mi hermana y a Lively corriendo hacia mi. Me tiran al agua.
Me levanto, ya que hago pie, las miro con rabia mientras ellas se ríen como unas posesas.
Siento que el mundo me molesta.
-¿¡Que hacéis!?
-Mira que guapa estas mojada... -dice mi hermana entre risas.
-Mira que guapa estas mojada... -dice mi hermana entre risas.
Le pego una palmada al agua haciendo que le salpique en toda la cara.
Deja de reírse y me mira con una infinito desprecio.
-Mirate tu, que monada. -le digo sarcástica.
Mi hermana intenta tirarme una chancla pero me sumerjo antes de que me de en la cabeza.
Esta se va refunfuñando y Lively se ríe de el panorama. Se sienta en el boldillo y moja sus pies.
-Con que... No estabas nerviosa... -dice moviendo los pies y mirando a otro lado, intentando sonar indiferente.
Me giro para verla y le tiro agua.
-Y no lo estoy. -miento, y se me nota bastante.
Otra arcada. Si sigo así, me va a dar una vuelta el estómago.
-¿Te metes?
-No, me acabo de alisar el pelo y maquillar, no quiero mojarme. -dice Lively con una sonrisa de oreja a oreja.
-Joder, ni que fuesen la realeza.
-Para mi, lo son.
-No, me acabo de alisar el pelo y maquillar, no quiero mojarme. -dice Lively con una sonrisa de oreja a oreja.
-Joder, ni que fuesen la realeza.
-Para mi, lo son.
Niego con la cabeza y me dejo caer en el agua.
Me sumerjo hasta el fondo y me agarro a la escalera. Miro a la superficie y veo como Lively se aleja. Yo sigo debajo del agua. Me encanta estar debajo del agua, siempre fui una gran nadadora y aguanto muchísimo la respiración. Cierro los ojos y intento dejar la mente en blanco.
Alguien en la superficie sube el sonido de la radio y suena Speecial Needs de Placebo. La canción que sonó cuando Harry y yo discutimos y el me beso.
Y como siempre, mi mente me traiciona.
Me cago en todo lo que se menea y subo a la superficie.
Chillo. Me pongo las manos en la boca para no crear una onda espansiva que arrase con el resto del mundo y se me desencaja la mandíbula.
No puede ser.
-Lively varios minutos antes-
Abrazos, besos y chillidos.
Todos comenzamos a chillar y a saltar a nuestro alrededor.
Soy la persona mas feliz.
Todos me empiezan a hablar y chillar, y lo único que hago yo es saltar y chillar cosas sin sentido mientras miro a Zayn, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Claire-
Me quedo mirando el techo.
No tengo sueño, tal vez sea por el café que me he tomado con los chicos, o por el abrazo que me di con Harry. Solo en ese momento se me fue el nudo del estomago. Exasperante.
Cierro los ojos y suspiro pesadamente. Escucho los ronquidos de Lively, que duerme en la cama de mi lado.
Muy mona y muy maja, pero duerme con ella y veras como es el infierno.
Me levanto de la cama, me pongo las zapatillas de ir por casa y los pantalones del pijama (Siempre duermo sin pantalones, es una manía mía, raro, lo se, pero que se le tendrá que hacer...), me paso los dedos por el pelo y lo hacho hacia atrás. Salgo al pasillo y veo a través de la ventana que esta amaneciendo. Me quedo durante muchos minutos embobada y luego, bajo a la cocina. Abro la nevera y no me gusta nada, voy a un cuarto que utilizamos como despensa, intento buscar algo, veo una cucaracha, chillo, salto, y la aplasto varias veces pisándola. Cogo una bolsa de palillos de pipa y voy hacia el salón con un ojo vigilando si veo otro insecto. Me siento con las piernas cruzadas en el sofá, me tapo con una manta (Ya que el clima de Italia por la noche en pleno verano, te puede congelar), enchufo la televisión, donde están echando El Príncipe De Bel-air, la tarareo en italiano mientras abro la bolsa de palillos y saco uno.
Lo miro con ansia.
-Buenos días.-escucho a mi espalda.
Y rompo el palillo.
Reconozco perfectamente esa voz.
Adiós palillo.
Harry se sienta al la otra punta, se acomoda y suspira. Yo sigo mirando mi palillo roto como si me fuese la vida en ello.
-Buenos días. -logro decir.
Mierda. ¿Pero que hace este chaval levantado a estas horas? ¿Es que no puede estar durmiendo, como las personas normales?
-¿Que haces tan pronto levantada?
Trago saliva.
-Te podría preguntar a ti lo mismo.
-Yo he preguntado antes.
-A mi eso me da igual.
-Yo he preguntado antes.
-A mi eso me da igual.
¿Que? Espera ¿He dicho yo eso? ¿He sido capaz?
Harry se levanta, me mira con una mueca que no logro diferenciar.
-Solo pretendía ser amable, pero ya veo que sigues igual de insoportable que siempre.
Y se va.
Suspiro y volteo los ojos.
¿Por que a mi, señor?
Me levanto y corro hasta el umbral de la puerta, evitando que salga.
Me aparta la mirada, yo le miro apenada.
Si es que, esto me pasa por tonta. Pero me es inevitable.
-Lo siento, de verdad, no quería decir algo así.
-Ya claro.
-¡Que si! De verdad, no estoy de muy buen humor últimamente, lo siento.
-Ya claro.
-¡Que si! De verdad, no estoy de muy buen humor últimamente, lo siento.
Levanta la vista y me mira.
Malditos ojos verdes, vosotros sois los culpables de todo.
Su mirada me intimida, pero aun así le sonrío. O al menos lo intento.
-¿Que tal si empezamos de nuevo?
Me mira entrecerrando los ojos, pero una sonrisa le delata.
-Esta bien.
Sonrío triunfosa y vamos hacía el sofá.
-Pero solo por esta vez.
-Si si...
-Si si...
Me siento en el sofá, y esta vez, a mi lado.
Me mira y yo le sonrío.
Le dejo un trozo de manta y le ofrezco un palillo, el lo coge y le da un bocado.
-¿Por que estas despierta a estas horas? -dice, con esa risita tan suya.
Eso hace que sonría.
-No puedo dormir ¿Y tu?
-Igual.
-Vaya par.
-Igual.
-Vaya par.
Ríe y yo muero en mi interior.
Entonces me fijo en una cosa, mi nudo en el estómago... ¡A desaparecido! Oh, milagro.
Entonces miro a Harry, que mastica silenciosamente y mira la televisión.
Mierda. Ni milagro ni niño muerto. Es el.
Chillo un ``Joder´´ en mi mente que me hace maldecir todo lo que se mueve.
Es peor de lo que pensaba.
-¿Por que estas de mal humor? -pregunta, sin mirarme.
¿Y yo que le contesto? Nah, que eres tu. No te jode.
-Creo que me he resfriado.
-¿Y por eso te pones de mal humor?
-Ah, bueno, es que me mosquea resfriarme en verano.
-Ah.
-Aun no te he preguntado que tal ha estado la gira.
-¿Y por eso te pones de mal humor?
-Ah, bueno, es que me mosquea resfriarme en verano.
-Ah.
-Aun no te he preguntado que tal ha estado la gira.
Me mira extrañado.
-Pues si, eso parece.
-Pues te tendré que preguntar.
-¿Por obligación?
-Por gusto.
-Pues te tendré que preguntar.
-¿Por obligación?
-Por gusto.
Sonríe y yo le imploro al mundo que no lo vuelva a hacer.
-Pues adelante.
-¿Que tal la gira?
-¿Que tal la gira?
Y de nuevo esa risita tan suya.
No, enserio, para, joder.
-Bueeeeeeeeno, ha sido fantástica.
-Me alegro, mucho. Cuéntame algo, por encima, venga.
-Me alegro, mucho. Cuéntame algo, por encima, venga.
Y así pasamos media hora.
Cuando nos damos cuenta esta amaneciendo y están echando las noticias.
Cuando nos damos cuenta esta amaneciendo y están echando las noticias.
-¿Y le bajasteis los pantalones, delante de todas?
-¡Si! -ríe. -Seguro que hay algún video en Internet.
-¡Que malos tío! Pobre Niall, al infierno de cabeza que vais.
-¡Joder, Claire! ¿Vas a comisión o algo? -ríe.
-Hum, no, pero me lo planteo...
-¡Si! -ríe. -Seguro que hay algún video en Internet.
-¡Que malos tío! Pobre Niall, al infierno de cabeza que vais.
-¡Joder, Claire! ¿Vas a comisión o algo? -ríe.
-Hum, no, pero me lo planteo...
Reímos.
-¿Sabes que podríamos hacer antes de que se levanten todos?
Se me ocurren varias cosas, si. Uuuuuuuuuuuuuui ¿He pensado yo eso?
-Quizás, no se.
-Podríamos dar una vuelta, por aquí, llevarnos algo de desayunar.
-¿Juntos?
-Si.
-Podríamos dar una vuelta, por aquí, llevarnos algo de desayunar.
-¿Juntos?
-Si.
Le miro entrecerrando los ojos.
-¿Solos?
-¿Como si no?
-¿Como si no?
Mal, Claire, mal, no aceptes, no es buena idea.
-¡Vale!
Me sonríe.
-Pues vayamos a cambiarnos.
Le sonrío y salto del sofá como alma que lleva el diablo, corro escalaras arriba, sonriendo como una tonta. Pero me paro enfrente del espejo y entones me veo.
¿Que estoy haciendo? Me da la sensación de que me estoy rindiendo. Esta no soy yo.
-Claire ¿Estas? -escucho a Harry.
-¡Oh, casi!
-¡Oh, casi!
Bah, luego lo resolveremos, consciencia.
Corro hacía mi habitación y miro mi armario. ¿¡Que me pongo!? ¡Ah, esto mismo!
Me visto a toda prisa, evitando despertar a Lively (Y eso que me caí encina de ella sin querer) y bajo las escaleras. En el salón veo a Harry.
-¡Ah! Se me a ocurrido algo mejor.
-No puede ser ¿Mejor que mi idea?
-No puede ser ¿Mejor que mi idea?
Levanto una ceja.
-Pero mira este ¡Mucho mejor!
-Nah, imposible.
-Nah, imposible.
Chasqueo mi lengua.
Intenta picarme. Y lo consigue.
-Por que tu lo digas, sabes...
-Pues claro que por que yo lo digo.
-Pues claro que por que yo lo digo.
Le pego en la pierna y el me pellizca el brazo.
-Creído.
-¿Como como? No te he escuchado.
-C-R-E-I-D-O, ¿Ya, o te lo repito en Italiano?
-¿Como como? No te he escuchado.
-C-R-E-I-D-O, ¿Ya, o te lo repito en Italiano?
Me pellizca en la pierna y yo le doy un manotazo en la mano.
-¡Anda, salgamos! -le digo.
Cojo las llaves del viejo coche sin capó de mi abuela y salgo a la calle.
-¿Que piensas hacer con las llaves? ¿Venderlas?
-Si... Para comprar cinta americana y pegartela, haber si dejas de preguntar.
-Si... Para comprar cinta americana y pegartela, haber si dejas de preguntar.
Me mira mal y yo me río.
-Vamos a ir al pueblo de al lado a desayunar.
-¿Tengo que conducir?
-Hombre, si quieres conduzco yo..
-Pero como te aprovechas para que te haga de Choffer.
-Pillada.
-¿Tengo que conducir?
-Hombre, si quieres conduzco yo..
-Pero como te aprovechas para que te haga de Choffer.
-Pillada.
Reímos y nos metemos en el coche. Arranca y salimos de la finca. Por un momento nos quedamos callados. Siento que no estoy haciendo lo correcto. Que esto no es lo que tenía que pasar. Cree mil planes en mi cabeza, sobre como actuar con Harry o que hacer, y ahora esto. Se vuelve a formar ese nudo en mi estómago. Siento que lo pierdo y no puedo hacer nada para evitarlo. Que dentro de una semana se ira, y me lo volverán a quitar.
No quiero que se vaya.
Intento aplacar este silencio encendiendo la radio, y suena Oh Love, de Green Day,
Es mi canción favorita.
Harry la tararea, y yo me pierdo en su voz.
-Es mi canción favorita.
-Lo se, me lo dijiste el día que fuimos a aquel parque cerca de tu casa, te cogí el móvil y la puse.
-Lo se, me lo dijiste el día que fuimos a aquel parque cerca de tu casa, te cogí el móvil y la puse.
Me quedo sin palabras.
-También es una de tus canciones favoritas. -susurro recordando aquel día.
Y vuelve el silencio. Solo se escucha la canción. No creo que sea un silencio incomodo, mas bien, creo que el también esta recordando aquel día.
Estamos saboreando aquel recuerdo.
Pero la canción termina, y los dos nos ponemos rectos.
Durante el resto del camino no hablamos de nada en concreto, solo comentamos lo que vemos por las ventanas o yo le guío para ir a la cafetería del pueblo. Creo que los dos nos hemos quedado en aquel recuerdo, en aquel banco de aquel parque.
Aparca y salimos del coche.
-¿Te puede creer que aun sean las 8 de la mañana? -me dice mirando su móvil.
-¿Si va? Dios, como odio levantarme pronto.
-¿Si va? Dios, como odio levantarme pronto.
Caminamos un poco, buscando alguna cafetería.
-Creo que por aquí había un cafetería o algo así. -digo buscando alguna con la vista.
Le miro, ya que no me ha contestado. Ha sacado su móvil, un Iphone, hum.
-¿Nuevo móvil? -pregunto.
-Si, Louis me rompió el teclado.
-Mi teclado, sera.
-Si, Louis me rompió el teclado.
-Mi teclado, sera.
Un día, nos dio por cambiarnos los teclado de las blackberry's, ya que la mía es blanca y la suya negra, quedaba muy ``molón´´.
El se limita a reír.
Entonces veo algo que hace que me quede sin aliento. Su fondo de pantalla. Oh, Dios. No puede ser, imaginaciones mías. Tiene una foto de los dos. No no, no puede ser.
Bloquea el móvil y me mira extrañado.
-¿Ocurre algo?
Le miro, aun con cara de poker.
-No no, nada.
Levanta una ceja.
-Guardamelo tu, en el bolso, que los bolsillos de estos pantalones son muy pequeños.
Me da el móvil, yo lo cojo y asiento.
-Vale.
Damos la vuelta a la manzana y nos topamos con una cafetería.
-¡Ah! Al fin, ya creía que no encontrábamos una nunca. -le digo entrando.
El me sujeta la puerta y se ríe.
-Anda, vamos a sentarnos.
Nos sentamos al fondo del todo. Hay poca gente, pero en el que mas se fija Claire es en un anciano que parece mirarnos de reojo cada dos por tres, mientras lee el periódico y toma un café.
-Mira, Harry, un fan.
El se gira, ya que la mesa del anciano le da de espaldas. Mira al anciano, que se le queda mirando por un segundo, y luego esconde la cabeza en el periodico.
Me rio como una loca. El me mira mal y hace mas comentarios.
Nos picamos y acabamos riendo.
Al poco se acerca una camarera que parece medio dormida.
-Che cosa può servire? -pregunta con cierto tono indiferente.
Ui, es verdad, estamos en Italia.
-Ha preguntado que que queremos. -le digo a Harry.
El asiente, pero antes de que pueda abrir la boca para decirme nada, le interrumpo.
He tenido una idea.
Se me iluminan los ojos.
-Portare due tazze di cioccolata e churros. -le digo emocionada.
-Ora porto. -me contesta, después de anotarlo.
-Ora porto. -me contesta, después de anotarlo.
La camarera se va y Harry me mira extrañado.
-¿Que le has pedido?
-Narrador-
—Vamos a jugar una cosa. —dice la chica, muy feliz.
—¿Quieres jugar? ¿Aquí, delante de todos? —bromea Harry.
—¿Quieres jugar? ¿Aquí, delante de todos? —bromea Harry.
Claire le mira mal, el ríe.
—No seas tonto, que te dejo aquí tirado en medio de este pueblo italiano...
—¡Qué dura eres...! —protesta. —¿A qué quieres jugar?
—¡Qué dura eres...! —protesta. —¿A qué quieres jugar?
Claire sonríe. Sólo de imaginar lo que le va a proponer hace que le dé la risa por dentro, pero debe contenerse.
—Tú, de pequeño, ¿no hiciste nunca una fiesta e chocolate con churros?
El joven responde tras pensar en ello unos momentos.
—No, no recuerdo nada parecido.
—Te estás haciendo mayor. Ni siquiera recuerdas tu infancia.
—Que no, ya te digo que no me suena eso del chocolate con churros en una fiesta. -señala, fingiendo que se indigna.
—Vale. Te lo explico: consiste en que con los ojos vendados uno le dé al otro de comer. Mojas el churro en el chocolate y me lo das. Y, luego, yo a ti.
—Estás bromeando, ¿verdad?
—No, no. Es en serio, te lo juro.
—Te estás haciendo mayor. Ni siquiera recuerdas tu infancia.
—Que no, ya te digo que no me suena eso del chocolate con churros en una fiesta. -señala, fingiendo que se indigna.
—Vale. Te lo explico: consiste en que con los ojos vendados uno le dé al otro de comer. Mojas el churro en el chocolate y me lo das. Y, luego, yo a ti.
—Estás bromeando, ¿verdad?
—No, no. Es en serio, te lo juro.
Claire cruza los dedos corazón e índice de su mano derecha y los besa.
—¿Me estás diciendo que nos vamos a vendar los ojos y nos vamos a dar de comerlos churros mojados de chocolate, aquí, delante de todo el mundo?
—Sí, eso es.
—Sí, eso es.
La sonrisa de Claire le ocupa toda la cara. Harry no sebe si Claire está hablando en broma o lo dice de verdad.
Sí, parece que va en serio.
—Estás loca...
—¿No te atreves? —pregunta desafiante.
—Pues...
—¡Cobarde!
—¿No te atreves? —pregunta desafiante.
—Pues...
—¡Cobarde!
El joven cantante comienza a tomarse aquella afrenta como algo personal. ¿¡Que no se atreve!?
—Vale, acepto. Juguemos.
—¡Muy bien! ¡Valiente! ¡Así me gusta! —exclama la muchacha, aplaudiendo.
—¿Y quién gana?
—El que se manche menos la cara.
—¡Muy bien! ¡Valiente! ¡Así me gusta! —exclama la muchacha, aplaudiendo.
—¿Y quién gana?
—El que se manche menos la cara.
Harry no tiene muy claras las reglas del juego, pero no puede consentir que Claire piense que es un cobarde.
—Bien, pero ¿con qué nos vendamos?
—Espera.
—Espera.
Claire se levanta y se dirige a la barra de la cafetería. Dialoga con un camarero y,pocos instantes después, este vuelve con cuatro servilletas de tela. Luego regresa a la mesa, sin poder parar de sonreír.
—Toma, dos para ti y dos para mí. Una para que te la pongas en los ojos y la otra para que te cubras y no te manches la ropa.
El chico coge las dos servilletas que Harry le da. Mira hacia un lado y otro: solo hay un par de ancianos y una pareja en toda la cafetería. Pero ¡Qué vergüenza...!
Aunque él no se va a echar para atrás.
—Venga, juguemos.
—Vale, pero sin trampas, ¿eh? No vale mirar, que te conozco, cantante.
—Vale, pero sin trampas, ¿eh? No vale mirar, que te conozco, cantante.
¿Cómo puede decirle eso? Él jamás hace trampas
—¡Por supuesto que sin trampas! ¡¿Por quién me tomas?!
Claire suelta una pequeña carcajada sabiendo que ha herido el orgullo de Harry apropósito.
A continuación coge una de las servilletas y se la anuda en el cuello de la camisa para no manchársela. Harry la imita. Acto seguido se tapa los ojos con la otra servilleta, atándosela por detrás de la cabeza.
—Comprueba que no veo nada —le dice a Harry.
El chico la obedece y hace varios gestos delante de ella para asegurarse.
Afectivamente, parece que no ve nada.
—Muy bien. Ahora yo.
—Vale. Como comprenderás, yo no podré comprobar si me haces trampa o no. Pero confío en ti.
—Muy bien. Ahora yo.
—Vale. Como comprenderás, yo no podré comprobar si me haces trampa o no. Pero confío en ti.
Harry resopla y, tras observar que nadie le mira, se pone la servilleta en los ojos en forma de venda.
—Ya está no veo nada.
Y es cierto. No ve absolutamente nada. No le gusta ganar haciendo trampas.
—Perfecto. Confío en ti, ¿eh? —dice la chica, que en esos momentos, lentamente, se quita la servilleta de los ojos —Empiezas tú.
Claire apenas puede contener una enorme carcajada al ver que al pobre Harry muy serio, buscando el churro para mojarlo en el chocolate. Sin embargo logra reprimirse para continuar con el juego. El chico por fin atrapa el churro. Lo moja en la taza y, con torpeza, busca la boca de ella.
—Vamos, estoy preparada. ¿A qué esperas?
Harry se inclina hacia delante con el brazo estirado. Las gotas de chocolate caen sobre la mesa. Claire esquiva el churro. El chico lo intenta por la derecha, ella mueve su cara hacia la izquierda y repite la maniobra cuando él se aproxima por el lado contrario.
—Pero ¿dónde estás? —pregunta, desesperado, después de varios intentos fallidos.
—¡Pues aquí! ¿Dónde voy a estar? ¡Qué mala puntería tienes!
—¡Pues aquí! ¿Dónde voy a estar? ¡Qué mala puntería tienes!
La chica no puede evitar ahora la carcajada ante el malestar de Harry, que sigue insistiendo. Benevolente, por fin, Claire se deja rozar con el churro empapado de chocolate y le permite que le manche un poco la cara.
Su chico sonríe, pero ella no le deja mucho margen y muerde el churro.
—¡Bien! —grita mientras lo mastica
—¡Por fin has encontrado mi boca!
—Uff, parecía que habías desaparecido... Pero creo que no te he manchado mucho ¿No?
—Luego lo vemos, ahora me toca a mí.
—¡Por fin has encontrado mi boca!
—Uff, parecía que habías desaparecido... Pero creo que no te he manchado mucho ¿No?
—Luego lo vemos, ahora me toca a mí.
Claire se tiene que poner las dos manos en la cara para soportar la risa. Apenas puede respirar. Harry, enfrente, abre la boca esperando que la chica le dé su desayuno. Esta empapa un churro todo lo que puede y lo dirige al rostro de Harry.
El primer impacto es en la frente del joven.
—Pero ¿qué haces? ¡Mi boca está más abajo! —exclama Harry.
—Perdona. ¿Más abajo?
—Perdona. ¿Más abajo?
La chica vuelve a mojar el churro, y tras pasarlo por los labios de Harry evitando que este llegue a morderlo, extiende todo el chocolate por su barbilla y pómulos.
—¡Claire! ¡Me estás poniendo perdido!
Harry no sabía si reír o llorar. Tiene la cara cubierta completamente de chocolate.
—¡Perdona! ¡Si es que no lo coges!
—¿Cómo que no?
—Venga, otra vez.
—¿Cómo que no?
—Venga, otra vez.
La pareja que se encuentra en la cafetería los mira divertidos. Estos enamorados...
Claire moja por tercera vez el churro y esta vez sí se lo coloca justo delante de la boca de Harry, inclinándose sobre él.
—¡Muerde!
Harry le hace caso y da un mordisco a su presa.
—¡Muy bien! —vitorea Claire, que definitivamente no puede para de reír.
A continuación, le quita la venda a Harry, que se encuentra a Claire justo delante sin los ojos tapados.
—Pero tú... ¡Me has hecho trampas!
Claire por poco consigue caerse de la silla. Harry acaba riendo también.
Segundos más tarde, Claire coge su silla y se sienta a su lado. Con la servilleta que no se ha manchado, limpia la cara de Harry mientras no puede parar de reír ante las quejas de este.
—Eres una tramposa. Ni voy a jugar contigo a nada más.
—Ya lo veremos.
—Ya lo veremos.
Bromistas y alegres, pelean con la servilleta.
-Narra Claire-
Harry me quita la servilleta y la esconde detras de el.
-¡Eh, que es mía!
Intento cogérsela, pero lo único que consigo es reír.
-¡Cogela si puedes!
Me rio mas y me acerco, paso las manos por los lados de su cadera, y consigo coger el pañuelo. Le miro a los ojos, y me doy cuenta que estoy tremendamente cerca de los suyos.
Algo pasa.
Por un momento desconecto del mundo y me centro en sus ojos.
¿Cuanto hace que no los veo de tan cerca? ¿3 meses, tal vez mas? Demasiado tiempo.
Hago un amago de alejarme, incorporarme, ya que casi estoy encima de el, pero unas manos posan en mi cadera y me acerca mas a el.
Pierdo el control de mi cuerpo.
¿Que hace? No, mejor dicho: ¿Que hago?
Miro sus manos y veo como me empujan hacia el, aparta una mano y la dirige a mi pierna, la pasa por encima de la suya, para acomodarme. Miro de nuevo sus ojos. Apoya su frente contra la mía y un escalofrío recorre mi cuerpo.
Mi respiración se agita y me pongo nerviosa.
-Harry... -susurro.
Algo dentro de mi me dice que no esta bien, que si nos besamos todo el tiempo que he empleado en intentar olvidarle es tiempo perdido, que no vale la pena.
Pero entonces, cuando tengo decidido apartarme, se muerde el labio y me acaricia la espalda.
Pero eso no, Harry, eso no.
Y me olvido del mundo.
Los pocos centímetros que nos separaban, Harry los rompe. Presiona nuestros labios y me acerca mas a el.
Nos besamos. Pero no es un beso lento, de los de enamorados, de los ñoños. Es un beso agitado, con fuerza, de los que quieres sacar lo máximo, de los de después de mucho tiempo sin ellos.
Le paso las manos por la espalda hasta llegar a su cuello. Noto como, a conjunto de mi mano, un escalofrío recorre su cuerpo.
Rio sobre sus labios y noto como el sonríe.
Salimos de la cafetería cogidos de la mano, sonriendo como tontos.
¿Quien lo diría?
Apretó su mano, para ver si no es un sueño, y compruebo que es verdad. Sonrío como una tonta y agacho la mirada.
No puede ser, es... Es... ¡UF!
Harry me pasa el brazo por encima de lo hombros y me besa la mejilla, hasta acabar en mis labios.
-Me podría pasar el resto del día así y me sabría a poco. -le digo cuando nos separamos.
Me sonríe y me vuelve a besar.
-Quedémonos el resto del día así, entonces.
Chasqueo la lengua.
-Lástima que tengamos que ir a casa de mis abuelos.
-¿Te digo la verdad?
-Hombre, si quieres.
-Me da miedo tu abuela.
-¿Te digo la verdad?
-Hombre, si quieres.
-Me da miedo tu abuela.
Me río.
-¡Normal! ¡Si hasta a mi me lo da...!
-¡Es cierto!
-¡Es cierto!
Comenzamos a caminar, con su brazo en mis hombros.
-Nada mas llegar, me echo una mirada de arriba a abajo...
Me río de nuevo.
-Quizás le gustes...
-Hum, ella tampoco esta nada mal...
-¡Harry!
-Hum, ella tampoco esta nada mal...
-¡Harry!
Me río y me separo de el, alucinada.
-¡Alejate de mi abuela, no te digo mas!
Se ríe como un loco y me coge de una mano, acercándome a el. Apoya su frente contra la mía y me balancea un poco.
-Pero su nieta esta... -se muerde su labio.
Lo hace apropósito, lo hace por eso, si.
-Oh, si, su nieta, dicen que tiene un montón de chicos detrás, normal, es tan guapa...
-Si que es guapa, si, ¿Pero sabes que? Esta loquita por mi.
-Si que es guapa, si, ¿Pero sabes que? Esta loquita por mi.
Me alejo un poco, haciéndome la sorprendida.
-¿Muy creidito te lo tienes tu, no? -pregunto levantando una ceja.
Me intenta acercar pero yo me opongo.
Me intenta acercar pero yo me opongo.
-¡No no, vete con la chica esa, que como esta loquita por ti...!
Finjo ponerme celosa, nos picamos durante un rato, nos peleamos y nos perseguimos, hasta que consigue cogerme, abrazarme y besarme.
Nos metemos en el coche, el arranca. Bajo la ventana y coloco mis pies por fuera. Busco en mi bolso mis gafas de sol y me las pongo. Harry lleva sus Rayban (O como se escriban). Le sonrío mostrando todos mis dientes y me sonríe.
Llegamos a la carretera y pongo la radio, suena un tema de Katy Perry, Dreams no se que, me encanta.
Busco mi Blackberry en mi bolso, pero encuentro su nuevo Iphone. Lo cojo y miro su fondo de pantalla. Sonrió. El me mira, se lo enseño y el sonríe. Lo guardo y encuentro mi Blackberry.
Lively me ha hablado por el BBM.
``¿¿Donde estas??´´ -LIVELY
``¿Yo? Pueeeeeeeeees, por ahí.´´ -CLAIRE
-Lively me ha hablado por el chat bb.
-¿Y que te dice?
-Que donde estoy.
-Ah, que bonito, yo no existo.
-¿Tu quien eras?
-¿Y que te dice?
-Que donde estoy.
-Ah, que bonito, yo no existo.
-¿Tu quien eras?
Me mira mal y yo me rio.
-Espera, que me contesta.
``¿Por ahí con Harry, no? ¡Dime ahora mismo que estáis haciendo!´´ -LIVELY
-Pregunta que que estamos haciendo.
-Dile que estas demasiado ocupada como para contestar.
-No se si colara... Quizás tengo algún chip o algo en la ropa y nos vienen todos a buscar. ¿Te imaginas?
-Dile que estas demasiado ocupada como para contestar.
-No se si colara... Quizás tengo algún chip o algo en la ropa y nos vienen todos a buscar. ¿Te imaginas?
Harry pone los ojos en blanco.
``¡Nada! ¿Que vamos a hacer Harry y yo juntos? Pues nada.´´ -CLAIRE.
``¡Mentirosa!´´ -LIVELY.
``Ui lo que ma' dicho´´ -CLAIRE.
``¡Que sepas que cuando volvéis os vamos a matar!´´ -LIVELY.
``¡Mentirosa!´´ -LIVELY.
``Ui lo que ma' dicho´´ -CLAIRE.
``¡Que sepas que cuando volvéis os vamos a matar!´´ -LIVELY.
Se lo leo a Harry en voz alta.
-¡Harry huyamos! -bromeo.
-¡Vale! ¿¿Por que carretera??
-¡Vale! ¿¿Por que carretera??
Nos reímos.
Al poco llegamos a el pueblo, y luego, a la casa.
-¿Empieza el espectáculo? -le pregunto, dándonos el último beso antes de entrar.
-Empieza el espectáculo. -me dice, separándose.
-Empieza el espectáculo. -me dice, separándose.
-Horas antes, en uno de los cuartos de los chicos-
Escucho la puerta cerrarse y me despierta.
¿Que hora es? Dios, si aun ni ha amanecido.
Me incorporo y me froto los ojos.
Joder, que sueño.
Miro a mi lado, y no veo a Harry.
¿Donde estará el tío este ahora? Pero mira que es raro cuando quiere.
Me levanto y salgo de la habitación. Voy a el aseo, cierro la puerta y me lavo la cara.
Me miro en el espejo. Voy sin camiseta.
-Hola guapo. -digo, hablando a mi reflejo.
Me rio de mi mismo y salgo del aseo. Escucho la puerta de la calle cerrarse, me extraño y miro por la ventana del pasillo. Pocos segundos después veo a Harry y Claire salir de la finca con el viejo Porche de la abuela de Claire.
¡No puede ser...! ¿Con que no la quería, no? Este tío.
Me quedo durante unos segundos mirando el camino por donde se han ido, hasta que escucho una puerta oírse a mi espalda. Me giro y veo a Courtney, salir de su habitación, un poco confusa, y rascándose la cabeza.
Me mira extrañada. Es preciosa. Lleva puesto unos shorts cortos y un suéter de tirantes. Su pelo liso le cae a mechones de una coleta alta que se le ha ido deshaciendo por la noche. No va maquillada, y no tiene ni una sola imperfección. Bosteza y tose un poco.
-¿Que hora es? -pregunta, con la voz ronca.
Sonrío.
Siempre he visto a Courtney como... Como una mujer, con carácter, como sin sentimientos, con fuerza, pero ahora... Ahora parece delicada, como niña pequeña, parece humana.
-No se, pero deben ser las 7, o así.
Vuelve a toser y me mira impresionada.
-¿Tan pronto? -pregunta.
Creo que nunca habíamos llevado una conversación sin que ella pareciese indiferente, pero ahora...
-Si, eso parece. -le digo con una sonrisa, ella me devuelve la sonrisa.
¿Que? Espera... ¿Eso ha sido una sonrisa? Definitivamente estoy soñando, no puede ser cierto.
¿Quizás Courtney si tenga sentimientos?
-¿Quien se ha ido? -pregunta.
-Harry y Claire.
-¿Si venga?
-Prometido.
-Harry y Claire.
-¿Si venga?
-Prometido.
Courtney rie, y tiene una risa increíble.
-¿Que pasa? -pregunto extrañado.
¿Me habré perdido algo? Espera... ¿Ella lo sabrá?
-Oh, no, nada nada... -dice, quitandole importancia con una mano.
Sonrío y ella me aparta la mirada mientras sonríe.
-Bueno, yo me vuelvo a la cama. -le digo mientras bostezo. -Buenas noches. -le guiño un ojo.
Me giro y voy hacia el umbral de mi habitación.
-Oye...
¡No me lo puedo creer! Courtney haciendo mas caso a alguien de lo habitual.
Tendrían que venir los de Discovery Channel para grabar este comportamiento.
Tendrían que venir los de Discovery Channel para grabar este comportamiento.
Me giro y la miro extrañada.
-Se que tienes sueño, pero yo me he desvelado, y bueno, si quieres podemos ir abajo a desayunar... -me dice mirando al techo, baja la vista hacia mi y sonríe. -Juntos.
No salgo de mi asombro.
-Claro, vamos.
Me sonríe y camina, hasta pasar por delante mio y bajar las escaleras. Me fijo en una cosa; Va descalza.